Retos de la mujer mexicana en la vida política.
- Hemos sido elegidas y ahora tenemos cargos públicos - Aparecemos en las noticias y como referencia obligada para nuestras familias y amigos - Somos desde ahora un lugar de encuentro y punto de partida para nuevas realidades y protagonismos políticos - ¿O no?
Una historia “algo cambiada”
Amanece como lo ha hecho para nosotras a lo largo del tiempo; fueron los años de escuela, fueron las épocas de “antro” y de chicos. Ocurrieron tantas cosas...pero ahora es “esto”. De pronto como todas las mañanas levantarse y revisar el celular lleno de mensajes, o bien para entretención obligada y “memes” que me hacen sonreír mientras preparo ese jugo milagroso que aquella del “gym” me prometió que era bueno para “bajar”.
- Ay de ella si no me sirve porque ya no sé qué es peor: el precio, lo difícil de encontrar, lo poco de la formula o lo que tardo en tenerlo listo...ay de ella si no me sirve – Es una de esas mañanas donde veinte segundos que tarda de más en estar caliente del agua de la regadera y ya pienso en que debo hablarle al del gas – Obvio se me va a olvidar hablarle, si ya me conozco – En la casita gemela, mi mentada vecina de la privada, la que me ve feo todas las mañanas, ya empiezo a gritarle a los escuincles; ya hasta me se los nombres y sobre todo el de Antonio el mayor al que le grita hasta tres veces para la escuela porque no se levanta a la primera...yo nomás tengo al Kenko que por lo menos ni me da tanta lata y nomás se agita para sacarlo a dar la vuelta antes de irme...
- Espero ahora si haga afuera sus necesidades porque mi casa no es baño, este perro no entiende – - Pero hijos, ¡no!, yo paso sin ver... ¿a que estamos?... a bueno por lo menos es 21 – Ya ha salido el rayo de sol y la ventana me lo recuerda y es de esos días que en otoño e invierno el sol no calienta, sino quema y luego no me deja ni manejar. - Ay, le debo al de la reja que si el servicio de seguridad y que si el otro día me trajo mi ropa de la lavandería – - Ah, pero creo que hoy está de guardia don Vicente, ese viejito ni se acuerda de nada – Tengo tiempo, y es que mi café es mi café y ese si no lo perdono; ya la dije a dos que tres que por muy lindos más les vale no encontrarme si no he tomado mi café porque uf, mejor ni les cuento y luego soy yo la que anda todo el día con cara de pena por mis malos modos con ellos en las mañanas.
- Ah, pero la culpa es mía “pus que”- Y entonces acá estoy; ya llegué a la Cámara y hoy temprano tengo junta con los vecinos de la Alcaldía por lo del agua. - Me va a costar y sobre todo si por falta de razones (o por lo menos para ellos) tal pareciera que nomás piden permiso “pal” bloqueo... lo que significa otra negociación. - Ya no se que es lo que piden, agua o bloqueo, así que debo respirar... Más tarde seguro pasan los de siempre con las “boletas” a revisión y eso si es de cuidado o por lo menos evitar palabras en falso porque se ponen de “pelos” parados. Y si, hoy elegimos representantes de coalición para determinar los asuntos de la elección y la iniciativa de ley para aprobar el dictamen de los urbanistas....
Nuestra historia como ciudadanas y orgullosas dueñas de problemas, personalidades y asuntos cotidianos, no difiere o en cierta medida no es tan distinta al día a día de cualquier persona. Junto con aquella de “nuestra historia” que se presenta a la Cámara y le ocupan asuntos de trascendencia política y gobernabilidad, así como de decisiones y elección de roles públicos y dictámenes, existimos y existen las que en las mismas condiciones y simultáneamente con nuestra protagonista llegamos a ser parte de equipos de trabajo en oficinas, ventas, negocios propios y demás. Antes que nada, es importante para nosotras asumir la primera condición de auto conocimiento y respeto de donde debemos partir: somos ciudadanas y somos personas normales.
Partir de una realidad tan simple y cotidiana como lo hemos mencionado donde aparecen desde nuestras diferencias hasta nuestros alcances y problemas no regala una perspectiva muy valiosa de aquello que podemos y no podemos hacer. Nuestras vidas, o por lo menos en tanto posibilidad, se hayan reguladas por derechos y libertades fundamentales que, como parte de la sociedad y de tiempo hace, hemos alcanzado con esfuerzo, con trabajo y no sin lucha a contracorriente en perspectiva histórica. Desde ese lugar hemos alcanzado formas de vida determinadas, no sin riesgos por desgracia, y en posesión de bienes tanto individuales como compartidos y podemos decir que, a más tratar de justificar, es nuestra responsabilidad al final; pero también fue fruto de luchas y obtención de derechos.
La vida política es forma de vida de una manera muy clara y nuestros retos parten de nuestras vidas en particular para darle modo y maneras a esa forma de vida. PERO NO ABARATEMOS EL CONCEPTO... No podemos crear un término gratuito para el discurso en donde todo tipo de quehaceres de la vida cotidiana y de trabajos, conexiones e interacciones sean iguales y que la política es uno más entre otros trabajos o deberes ciudadanos. NO es así. La política es respuesta a lo obtenido. El reto de la mujer en la vida política es ante todo una labor de retribución por todos nuestros derechos y la capacidad que tenemos de defenderlos; y si, aun en medio de la violencia en que vivimos, porque nos ganamos el derecho a no sufrirla.
La política es un derecho y ha sido dictada como un honor históricamente determinado para su ejercicio dada la responsabilidad del ciudadano electo de ver por los intereses y derechos del resto; pero para nosotras el peso de la participación y ocupación de espacios políticos nos hace responsables de defender lo ganado, de crear espacios y de ser propositivas en su ejercicio Retos de la mujer mexicana en la vida política Página 4 pues involucra una expectativa que se tiene de nosotras y que va más allá de solo responder al “que dirán”...la respuesta en nuestra participación nos la debemos a nosotras mismas.
Supongo que, y aun habiendo muchas cosas por hacer, podemos, sin perder piso, resumir y citar nuestro reto político al final:
- Recordar nuestra naturaleza y cotidianeidad como lugares comunes con el resto de nosotras y con todos los demás. Somos humanas, ciudadanas y personas, por eso desde ahí partimos. - Nuestras acciones son trascendentes cualquiera que sean, pero en el caso de la política, lo son en grado sumo. - Traemos detrás fuertes expectativas sobre nuestro “bien hacer”; pero lo que nos debemos a nosotras mismas es finalmente RESPONDER históricamente al reto. - La política para nosotras es respuesta y retribución, por lo tanto, responsabilidad y reto hacia el futuro desde lo más cotidiano de nuestra vida hasta lo más trascendente de nuestras decisiones y acciones.