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El impacto de las iniciativas de ley a favor de género.

Toda cuestión de género, de igualdad o diferencia, en acuerdo o en disputa, forma parte, si o si, de nuestro devenir político y cotidiano. Para nosotras, incluso, se ha vuelto parte del lenguaje, motivo de defensa y argumento “correcto” tanto en defensa de nuestra libertad como cuando de temas de inclusión se trata. Empecemos con un primer acercamiento a parte de la más básica definición de democracia que conocemos; nos encontramos de frente ante la posibilidad y derecho al voto por parte de “iguales” a favor de tal o cual iniciativa o persona. Pero...

- ¿Quiénes son los iguales? - Y henos aquí, pareciera broma, pero alguien me dijo alguna vez: - Todos somos iguales ante la ley, pero hay algunos que son más iguales que otros –

El asunto de la igualdad es punto de referencia para una democracia participativa; y en nuestro caso en dirección a una sana democracia representativa pues toda iniciativa de ley obedece a un “suelo” inicial que supone un grado de igualdad determinado desde donde han de emanar nuestras elecciones y nuestras leyes. Por eso: - ¿Todos somos iguales? - ¿Quiénes no lo son? - ¿Quiénes más o quienes menos y por qué?

Una supuesta igualdad o la negación de esta, significa para nosotras y para todos los ciudadanos en general un determinado punto de impacto cuando de iniciativas de ley se trata. El impacto se hace visible al tiempo que la igualdad es tocada o dada por sentado sin la consideración adecuada y madura para tratarla. Si una iniciativa de ley se hace presente ¿no se supone que es para todos? ¿por qué dudarlo? - ¿Qué antes no era así? –

Cierto, antes no era así, una iniciativa de ley o la ley misma aprobada y llevada constitucionalmente a la práctica no significaba una violación, atentado o simplemente un malentendido hacia la igualdad. La ley estaba allí y eso era todo sin necesidad ninguna de cuestionamiento o crítica; no existía nada que estuviera detrás de la iniciativa o la ley y no habría que leer entre líneas... ERA PARA TODOS. Tales promulgaciones no eran puestas en tela de juicio porque su validez no estaba determinada en el A QUIÉN sino por su puesta en operación, su eficiencia y su apego a los principios constitucional. Esto significó a lo largo de la historia, y ni siquiera para nuestro país en su origen, revueltas diversas orquestadas por aquellos grupos integrantes de las diversas poblaciones cuyas vidas se veían vulneradas o atacadas por alguna ley; lo peor, se veían ignoradas:

- Impuestos donde los ingresos nos eran compatibles con los cobros (digamos que misma forma de pago tanto para ricos como para pobres) - Derecho al voto (según para todos) - Adquisición de propiedades (misma historia) - Tránsito (que regularmente requería tutela legal) - Libre expresión (mismo caso) - Etc. -

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Todas las iniciativas y leyes promulgadas suponían un bien para todos, pero la verdad las cosas no se daban así y por lo tanto las leyes eran interpretadas por vicios o visiones “extralegales”. Religión, color de piel, edad, género, origen étnico y hasta lugar de residencia ponían en entredicho cualquier buena intención de la ley al dejar fuera de la jugada a una enorme cantidad de personajes y por lo tanto a convertirlos en testigos mudos frente al resto; para bien o para mal.

Los tiempos han cambiado y la mayoría de los aspectos anteriores han sido superados o por lo menos en su mayor parte, sin embargo, aún queda mucho por hacer. La idea de género fue de las más complicadas y en muchos casos la menos entendida sobre todo en detrimento de nosotras. Lograr hallar un lugar como ciudadanas fue lo primero, ser tomadas en consideración y empezar a participar activamente fue lo más complicado. Toda la perspectiva de género dio lugar a un impacto tremendo para la consideración y creación de puestos de trabajo, adquisición de bienes, igualdades de ingresos etc. Y eso creo formas de hacer las leyes y en nuestro caso hasta llegar a la creación de leyes nuevas a nuestro favor. - ¿Cuál es el impacto?

Las leyes a favor de género sean en beneficio nuestro o de otras realidades propias en sí mismas, impactaron de forma importante pues determinaron espacios no ocupados y derechos no tomados que, por tradición, estaban vetados para nosotras aun con leyes promulgadas y dictadas para “todos” pero que en la práctica no aparecían claras y por lo tanto nuestra pertinencia y participación en tales leyes podía omitirse y hasta negarse. Las preguntas que naturalmente surgieron por tal impacto y nuevas redacciones resonaron por todas partes con argumentos que defendían la supuesta “necedad” en dictar doblemente las leyes o con correcciones importantes tomándonos en cuenta. Y era solo el inicio, pues la verdad al hacer estas especificaciones de genero se dejaba claro hasta donde se nos había ignorado históricamente.

Correcciones sobre lo “supuestamente” obvio fueron solo la punta de lanza para después crear novedad en las iniciativas, nuevas leyes, nuevas maneras y sanciones por decir lo menos... y con ello más impacto. Las nuevas iniciativas y esta vez a favor de género nacieron a partir del reconocimiento de “huecos” en donde nuestras propias características junto con la de diversos grupos no encontraban lugar y ni siquiera voz propia para ser y estar en sociedad. Ahora todo necesitaba ser nuevo. Veamos dos ejemplos de corrección y de novedad:

Dentro de los derechos humanos: Igualdad ante la ley: Todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la Constitución, en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, y en las leyes que de ellos deriven. Todas las personas son iguales ante la ley. El contenido de la ley deberá atender a las circunstancias propias de cada persona a fin de crear condiciones que permitan el acceso a su protección en condiciones igualdad.

Ninguna persona puede ser juzgada por leyes o tribunales creados especialmente para su caso. Aquí podemos notar el término “persona” que ha de ser incluyente y sustituyó al término” hombre”. Pero he aquí una iniciativa a favor de género y que fue escrita como un todo nuevo y no sólo modificada:

Igualdad entre hombres y mujeres: Todas las personas gozan los mismos derechos sin importar su sexo o género. El Estado establecerá las acciones necesarias que garanticen a las mujeres la erradicación de la violencia y el acceso a las mismas oportunidades e igualdad en todos los ámbitos de la vida pública y privada. Esta es una muestra de una iniciativa a favor de género que determina diferencia y especifica espacios importantes; Los impactos fueron mayores en virtud de parecer obvio desde la primera que hemos citado, pero no era así; hoy sabemos de la necesidad de ser claros y distintos.

En resumen, los diversos impactos por las iniciativas de ley a favor de género nacieron de omitir lo obvio y han llegado al descubrimiento de las diferencias y necesidades de cada grupo junto con sus espacios y modos de ser ciudadanos. Es vital, para todas, continuar en la búsqueda por descartar todo aquello que históricamente se ha dado por sentado y buscar claridades que eviten huecos en la ley. Tal vez para nosotras llegue un tiempo donde de nuevo no sea necesario aclarar nada sobre la igualdad, pero la cultura necesita abrirse y renovarse hacia una nueva inclusión a favor de género que no necesite ser especificada por omisiones desventajosas.